Amad al prójimo como yo os he amado

Amad al prójimo como yo os he amado

domingo, 23 de octubre de 2016

En este documental podemos ver a verdaderos Samaritanos, gente que se juega la vida en el Mar Mediterráneo por ayudar a todo el mundo que huye de los países en guerra, lxs refugiadxs.

CLICK PARA VER EL DOCUMENTAL

Al final salen unos datos del barco que pilotan estas personas:
- El 5 de julio de 2016 en Astral participó en el rescate de 4500 personas. El mayor rescate en el Mediterráneo hasta la fecha.
- En 4 meses el Astral ha colaborado en el rescate de casi 15000 personas.
- Más de 3500 personas han perdido la vida en lo que va de año en el mar.

Para más información:
www.proactivaopenarms.org

Sinopsis:
El primer Salvados de la nueva temporada cuenta la historia del Astral, un velero de 30 metros construido en los años 70 que siempre había sido usado como lujoso barco de recreo. Hasta que en la pasada primavera su dueño pensó que no podía seguir disfrutando del barco sabiendo que había tanta gente arriesgando su vida lanzándose al mar, ese mismo Mediterráneo por el que él navegaba, y lo cedió a la ONG Proactiva Open Arms. Ya convertido en barco de vigilancia y salvamento después de superar numerosas dificultades, el Astral zarpó rumbo a las costas de Libia para llevar a cabo la que sería su primera misión de rescate con un equipo de Salvados a bordo. Durante sus más de cien minutos de duración, el programa muestra la complicada transformación del barco, nos presenta a su tripulación formada por voluntarios de Proactiva Open Arms y permite observar de cerca el drama que viven cada día en el Mediterráneo las miles de personas que tratan de llegar a Europa huyendo del horror de la guerra, los abusos o el hambre. Exhaustos y exprimidos por las mafias, rescatados después de un viaje que en algunos casos puede durar años, los refugiados cuentan el infierno del que vienen y las esperanzas que tienen puestas en el futuro ahora que se creen a salvo en Europa..



domingo, 22 de mayo de 2016

Inmigrantes? Un vídeo para pensar

Desde la escuela de Llodio tenemos una publicación audiovisual a raíz de un problema de racismo que hubo.
El vídeo es una reflexión muy bonita de la inmigración que ha habido en el siglo XX. Muchas gracias a Jesús Prieto, que me lo enseñó en un seminario de interculturalidad.

 https://vimeo.com/159775878

sábado, 12 de diciembre de 2015

FELIZ DÍA DEL VOLUNTARIADO SAMARITAN@S

En memoria del ya pasado día del voluntariado, recordamos la oración tan bonita que hicieron en la misa los de Cate II:

A ti, que te estremeces de espanto ante las injusticias cotidianas. A ti, que sientes la necesidad de un cambio social… te necesitamos. Lo sepas todavía o no, Aita te está llamando. 
Así que ponte en pie y lucha por hacer frente y cambiar la realidad. El mundo está falto de gente voluntaria y revolucionaria, está falto de ti. Gente que mire desde el corazón, desde el prisma con el que Jesús nos mira a nosotros. 
Que vea en el desconocido, un amigo y en el amigo, un servicio. Necesitamos tu tiempo, tus ganas, tus habilidades y dones… para trasformar el mundo desde lo más pequeño a lo más grande. Hay miles de proyectos de voluntariado, hay miles de personas que necesitan de ti… seguro que en alguno de ellos puedes aportar tu granito de arena. 
No te voy a engañar, es duro. Este estilo de vida implica tener que abrir los ojos. Y créeme, a pesar de necesario en muchas ocasiones resulta doloroso. Es doloroso percatarte de la existencia de gente con realidades tan distantes a las nuestras, tan difíciles a pesar de tenerlas al lado. 
Es doloroso darte cuenta de que hay gente que no tiene un techo bajo el que dormir o que no puede dar de comer a sus hijos o que ha tenido que dejar toda su vida (familia, amigos…) en pos de una supuesta “vida mejor” para darse de bruces con la realidad con la que se topan la gran mayoría de inmigrantes. 
Este estilo de vida implica mucho tiempo. Tiempo que no vas a tener para esas cosas más superfluas y prescindibles del día a día como irte de compras, tirarte en el sofá, pasarte horas arreglándote frente al espejo… Implica ser, en muchas ocasiones, “la loca/el loco”, la burla fácil de tu grupo de amigos, que muy probablemente no vayan a entenderte. 
No vayan a entender que "sin nada a cambio" ocupes tanto tiempo de tu vida en algo que se “no sirve de nada”. Pero créeme también cuando te digo que todo tu esfuerzo, tus comeduras de cabeza, tu tiempo… merecen la pena. “Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de Dios”. 
Porque no hay mayor muestra de amor, no hay mayor testimonio de Aita que vivir al servicio de los demás. “Yo estoy entre vosotros como el que sirve” dijo Jesús y ojalá nosotros también podamos decirlo algún día. 
Y ojalá cuando toque decir adiós, puedan decir de nosotros que nuestra vida, nuestro paso por el mundo sirvió para dejarlo algo mejor de lo que lo encontramos. 

Feliz día o feliz vida del voluntariado

Comparativa de Programas de Educación. 20D Elecciones 2015

Muy buenas querid@s samaritan@s. Aquí os dejo una comparativa muy interesante de los programas de educación de los distintos partidos políticos de cara a las elecciones del 20 de diciembre.


Comparativa de Programas de Educación // 20D Elecciones Generales 2015


https://comparativaprogramaseducacion20d.wordpress.com/

domingo, 1 de noviembre de 2015

SAMARITANOS DE HOY EN DÍA

Hoy he encontrado este vídeo por internet, y no se trata de pensar que esta persona haya hecho bien o mal al subir un vídeo así, y que lo podía haber hecho a escondidas.
Simplemente nos puede valer como reflexión de tantas personas que vemos en la calle en nuestro día a día y que pasamos de ellas sin ni siquiera mirarles a los ojos.
Tal vez este vídeo nos valga para pensar cosas; por ejemplo, que hay personas en la calle que simplemente necesitan que se les escuche o darles los mecansmos para poder salir de esa situación, y no el smple hecho de darles una moneda sin casi mirarles.

PD: el dinero que le da lo ha obtenido de los beneficios de su canal, que lo hace como simple hobbie.


sábado, 26 de septiembre de 2015

UN AUTÉNTICO HÉROE

Muy buenas de nuevo querid@s samaritan@s, hoy os traigo una noticia que me ha encantado y me gustaría que hablásemos de ella a ver qué opinamos en estos tiempos de guerras y refugiados. 


Hoy se cumplen 32 años de la decisión de un hombre que salvó al mundo, y nadie conoce 
A veces en la historia es más importante lo que casi pasó que lo que realmente ocurrió. Y quizás lo más asombroso de estas increíbles historias de héroes tan lejos del glamour de las historietas sean las sincronicidades que las rodean.
Les voy a contar cómo hace 32 años, un hombre del que la mayor parte del mundo jamás ha oído hablar se convertiría en el héroe más grande de todos los tiempos, por haber salvado “literalmente” al mundo de un Apocalipsis atómico.
Corría el año 1983, plena guerra fría, pero tan caliente como no lo había estado desde la crisis de los misiles en Cuba. El 23 de marzo, el Presidente Reagan lanzó “Star Wars – Guerra de las Galaxias”, llamando literalmente a Rusia “El Imperio del Mal”. Y contaba con un importantísimo aliado igualmente decidido en terminar con el comunismo, Juan Pablo II. Los planetas parecían alineados para acabar con la Unión Soviética, y los soviéticos se lo tomaron muy en serio. EEUU y la OTAN planeaban colocar misiles en Alemania Occidental y organizaban un ejercicio militar en Europa, entre otras cosas…
 Pero los líderes de URSS eran de la generación de la Segunda Guerra y recordaban perfectamente cómo, con el pretexto de un ejercicio, Hitler había engañado a Stalin y lanzado la Operación Barbarroja. Permitir que se repitiera era inadmisible. Asumieron que lo del ejercicio era una tapadera para una invasión real, y tomaron su decisión. Disparar todo su arsenal al recibir la primera indicación de un ataque nuclear.
La tensión era Máxima. A punto tal que el 1° de septiembre de 1983, un avión de línea surcoreano entró por error en el espacio aéreo soviético y no dudaron en derribarlo sin aviso matando a 269 personas, incluido un senador y varios ciudadanos americanos. Esta historia no pudo haber llegado en peor momento. La noche del 25 de septiembre de 1983, un Coronel de 44 años de la sección de inteligencia militar de los servicios secretos de la Unión Soviética llegaba a su puesto de mando en el Centro de Alerta Temprana de la inteligencia militar, desde donde coordinaba la defensa aeroespacial rusa. Sin embargo, ésa debería haber sido su noche libre.
Fue convocado a último momento porque quien debía estar había dado parte de enfermo… Su trabajo consistía en analizar y verificar todos los datos de los satélites sobre un posible ataque nuclear americano. Contaba para ello con un Protocolo sencillo y claro. Tan claro y tan sencillo que había redactado él mismo… Después de las verificaciones correspondientes, debía alertar a su superior, quien de inmediato iniciaría el contraataque con armamento nuclear masivo sobre los Estados Unidos y sus aliados.
 Poco después de la media noche, exactamente a las 12:14 del 26 de septiembre del ‘83, todos los sistemas de alerta saltaron; las sirenas sonaron y las pantallas de las computadoras mostraban: “ATAQUE DE MISIL NUCLEAR INMINENTE”. Un misil había sido lanzado desde una de las bases de los Estados Unidos. Pidió mantener la calma y que cada uno hiciera su trabajo. Y él hizo el suyo. Verificó todos los datos y pidió confirmación de visión aérea, los únicos que no pudieron confirmar dadas las condiciones climáticas.
 A pesar de las confirmaciones, concluyó que tenía que haber ocurrido un error. No era lógico que EEUU lanzara UN SOLO MISIL si estuviera atacando a la Unión Soviética. Y desestimó la advertencia como una falsa alarma. Pero poco después, el sistema indicó UN SEGUNDO MISIL. Y después UN TERCERO. Preso de una fuerte descarga de adrenalina, desde el segundo piso del bunker podía ver, en la sala de operaciones, el gran mapa electrónico de Estados Unidos con la base militar en la costa Este, desde donde habían sido lanzados los misiles nucleares, parpadeando. En ese momento el sistema indicó otro ataque. UN CUARTO MISIL NUCLAR, e inmediatamente UN QUINTO. En menos de 5 minutos, 5 misiles nucleares habían sido lanzados desde bases americanas contra URSS. El tiempo de vuelo de un misil intercontinental balístico desde los EEUU era de 20 minutos. La actividad era frenética. Mientras él analizaba…
 Después de detectar el objetivo, el sistema de alerta temprana lo hacía pasar por 29 niveles de seguridad que debían confirmar, lo hizo sospechar lo contundentemente que pasaban las alertas los niveles de seguridad. Sabía que el sistema podía tener algún mal funcionamiento. 
Pero, podría todo el sistema haberse equivocado, 5 veces? ¿O estaba frente a Armagedón? El principio básico de la estrategia de la Guerra Fría habría sido un lanzamiento nuclear masivo, una fuerza abrumadora y simultánea de cientos de misiles, no 5 misiles de a uno. Tenía que ser un error… ¿Pero si no lo era? ¿Si era una inteligente estrategia americana? El holocausto tan temido estaría sucediendo y él no haría nada? Tenía cinco misiles nucleares balísticos intercontinentales en dirección a URSS y sólo 10 minutos para tomar la decisión “de qué informar” a la dirección soviética…
Siendo perfectamente consciente que si informaba lo que todos los sistemas confirmaban, desencadenaría la Tercera Guerra Mundial. Los 120 oficiales e ingenieros militares, con sus ojos fijos en él, esperaban su decisión. 
Nunca antes en la historia, ni después, la suerte del mundo había estado en manos de un solo hombre como en esos 10 minutos. El futuro del mundo, o no, pendía de su decisión, mientras él luchaba entre si debía o no hacer accionar el “botón rojo’’. Pensó: los americanos aún no tienen el sistema de defensa misilístico y saben que un ataque nuclear contra URSS equivale a la aniquilación inmediata de su propia población. Y aunque desconfiaba de ellos, sabía que no eran suicidas.
Se dijo: “Ese gran imbécil no ha nacido todavía ni siquiera en los EEUU.” Sabiendo que si estaba equivocado una explosión 250 veces mayor a la de Hiroshima ocurriría sobre ellos pocos minutos después sin que pudieran hacer nada, fue capaz de mantener la cabeza fría, de tener el coraje de escuchar a su instinto y de ajustarse a la conclusión lógica que le indicaba el SENTIDO COMUN. Y decidió reportar un mal funcionamiento del sistema. Paralizados y sudando a mares, él y los 120 hombres a su cargo contaban los minutos que faltaban para que los misiles alcanzaran Moscú… Cuando DE GOLPE, segundos antes, las sirenas dejaron de sonar y las luces de advertencia se apagaron. Había tomado la decisión correcta. Y salvado al mundo de un cataclismo nuclear. Sus camaradas, empapados de sudor, se lanzaron sobre él abrazándolo y lo proclamaron un héroe. Él se desplomó en su sillón y bebió más de medio litro de vodka sin respirar.
Al terminar esa noche durmió 28 horas seguidas. Cuando regresó al trabajo, sus camaradas le regalaron un televisor portátil de fabricación rusa para agradecerle. Todos estaban vivos gracias a la decisión que él había tomado. Al enterarse de lo ocurrido, su superior le dijo que sería condecorado por haber evitado la catástrofe y que propondría crear un día en su honor. Pero no fue así. Rusia no podía permitirse que EEUU y el pueblo ruso se enteraran de lo sucedido. Fue reprendido por no haber cumplido el protocolo. Se lo transfirió a un puesto de menor jerarquía. Y poco después se le dio la jubilación anticipada. Vivió el resto de su vida en un modestísimo 2 ambientes en los suburbios de Moscú, sobreviviendo con una mísera pensión de 200 U$S por mes, en absoluta soledad y anonimato. Hasta que en 1998, su comandante en jefe, Yury Votintsev, presente aquella noche, reveló lo ocurrido, el llamado “Incidente del Equinoccio de Otoño” causado por una rarísima conjunción astronómica, en un libro de memorias, que por casualidad llegó a Douglas Mattern, Presidente de la Organización Internacional de Paz, “Asociación de Ciudadanos del Mundo”. Y después de verificar tan alucinante historia, salió en persona en busca de ese héroe anónimo al que todos le debíamos estar AÚN en este mundo, para hacerle entrega del “Premio Ciudadanos del Mundo”. La única pista sobre dónde encontrarlo la recibió de un periodista ruso, que le advirtió que tendría que ir sin hacer una cita porque su teléfono no funcionaba, y su timbre tampoco. Encontrar su rastro en una fila enorme de complejos conventillos grises a 50 kilómetros de Moscú no le resulto fácil. Uno de los vecinos a quien le preguntó le dijo: “Usted debe estar loco. Si un hombre que ignoró una advertencia de un ataque nuclear estadounidense realmente hubiera existido, habría sido ejecutado. En esa época no había tal cosa como una falsa alarma en la Unión Soviética. El sistema nunca se equivocaba. Sólo el pueblo”. Finalmente lo encontró en el segundo piso de uno de los edificios. Sin afeitar y desalineado, asomó la cabeza. “Sí, soy yo, pase.” “Sentí que me encontraba con Jesús cuando él abrió la puerta”, dijo Douglas Mattern. “Sin embargo, él estaba viviendo como una persona de la calle. Cojeando, con sus pies hinchados, sin poder caminar mucho y constándole ponerse de pie, me dijo que sólo salía para conseguir provisiones”. Además de relatarle la historia más o menos como se las acabo de contar, este hombre le diría: “No me considero un héroe; sólo un oficial que a conciencia cumplió con su deber en un momento de gran peligro para la humanidad’’. “Sólo fui la persona correcta, en el lugar y momento indicado”. “En un mundo tan lleno de vanidosos que “pretenden” salvar algo cuando en realidad lo único que hacen es daño a los demás y al planeta.

En un mundo tan lleno de miserias, mezquindades, egos, avaricia y ambiciones; la humildad de este hombre y su indiferencia por la fama y la importancia, estremece profundamente”, dijo Mattern. Después de conocerse este hecho, expertos de EEUU y Rusia calcularon cuál habría sido el alcance de la devastación según el arsenal con el que contaban y habrían lanzado en ese momento.
 Y llegaron a la friolera de que entre 3 y 4 MIL MILLONES de personas, directa e indirectamente, fueron salvadas por la decisión que ese hombre tomó esa noche. “La faz de la tierra se hubiera desfigurado y el mundo como lo conocemos, acabado”, dijo uno de los expertos.

 Recibió:
 • El Premio Ciudadano del Mundo el 21 de mayo 2004.
 • El Senado australiano lo premió el 23 de junio 2004.
 • Fue honrado en las Naciones Unidas el 19 de enero 2006. Dijo que fue su “día más feliz en muchos años.”
 • En Alemania, en 2011, el dieron el Premio Alemán de Medios, que reconoce a personas que han hecho contribuciones significativas a la Paz Mundial, por haber evitado una potencial guerra nuclear. • Fue Premiado en Baden Baden el 24 de febrero del 2012.
 • Galardonado con el Dresden Preis en 2013.
 • Y Kevin Coster realizó el documental “El Botón Rojo” en su honor.

 Hoy en día continúa viviendo en su pequeño departamento de las afueras de Moscú, con su pequeña pensión de 200 u$s al mes, en relativo anonimato. Les dio la mayor parte del dinero de los premios a sus familiares y guardó un poco para comprarse una aspiradora con la que había soñado, y resultó defectuosa. Cuando me enteré de esta historia, lo primero que pensé fue si, cuando sus vecinos o alguien lo destrata al mirarlos, alguna vez pensó que esa persona, su familia, descendencia y amigos están ahí gracias a él… Si cuando ve las noticias y todo lo que pasa en el mundo, alguna vez se dijo que todo eso pasa por la decisión que él tomo en esos 10 minutos… Si cuando mira el sol salir o ponerse, alguna vez piensa que tanta gente también lo puede hacer gracias a él… Y me pregunto cuánto Darma puede ganar un alma humana que salvó miles de millones de seres humanos, plantas y animales; a un planeta…
 Ese viejito que vive en un mísero 2 ambientes en los suburbios de Moscú con unos míseros 200 u$s mensuales SALVÓ AL MUNDO, Y NADIE LO SABE. ¿Cómo es posible que después de 32 años tan poca gente en el mundo sepa de él? Me resulta inconcebiblemente y muy injusto. Por eso. En este nuevo aniversario de la decisión de sentido común que salvó al mundo, sólo quería que conozcan al Hombre que la tomó. 
 El Teniente Coronel “Stanislaw Petrof”

lunes, 1 de junio de 2015

Oussa, el polizón del puerto que nunca cogerá el ferry

Oussa, el polizón del puerto que nunca cogerá el ferry

Tenía 17 años y vivía en Melilla. Mendigaba en la calle junto a otros menores fugados del centro de acogida. “Buscar la vida, amigo”; ese era su día a día y así fue como tropezó con la muerte.3 comentarios

(Derecha) Oussa Fassi en en imagen antigua. (Izquierda) Los buzos sacan el cadáver de Fassi del las aguas del puerto de Melilla.
(Izquierda) Oussa Fassi en en imagen antigua. (Derecha) Los buzos sacan el cadáver de Fassi del las aguas del puerto de Melilla.


MADRID.- Conocí a Oussa Fassi ─así se llamaba en Facebook, tal y como escribió en mi antebrazo hace pocos meses─ en la puerta del CETI de Melilla. Me dijo que tenía 17 años; y le creí. Su preocupación por el corte de pelo, estilo mohicano, así lo atestiguaba. Era marroquí, de Fez; aunque llevaba varios años en España. Mejor dicho, en Melilla, esa burbuja del tiempo que aún persiste en el norte de África, donde el modernismo catalán convive con las casas estilo colonial y con las barriadas de pobres musulmanes donde germina el yihadismo de entre la miseria que sólo se palia con la venta de drogas y algún que otro robo.

No era el hogar del joven Fassi. Él vivía en el puerto, como decenas de menores que, sin recursos ni familia en su país, decidieron jugársela y cruzar un estúpido paso fronterizo que los españoles consideramos nuestro sólo porque un rey medieval puso allí una pica. Vivía hasta hace cinco días. Una foto suya junto a la de unos buzos sacando del agua un cadáver envuelto en plásticos me ha dado las buenas noches a través del Facebook de José Palazón.

La primera vez que vi a Oussa, deambulando entre subsaharianos y refugiados sirios y kurdos, con una sonrisa de oreja a oreja, entendí que era mayor que yo. Me miró a los ojos, bajó la vista hasta mi cámara réflex e intuyó lo propio: un periodista español o, en cualquier caso, europeo anda por aquí buscando una buena fotografía.

Un hogar en el puerto
"Eh amigo, un euro por un retrato", me dijo. Le consté que ésa no era mi forma de trabajar. Meneó la cabeza pero no se marchó. Le tendí la mano y me la estrechó. Estaba sucia y era áspera; consecuencia de trepar cada día una valla de hierro oxidado que el Gobierno de Melilla ha colocado para impedir inútilmente que los "menores no acompañados" ─eufemismo de la neolengua para definir a los chavales inmigrantes que deambulan mendigando por las calles─ no puedan llegar a lo que diariamente es su dormitorio, las rocas del puerto. En el caso de Oussa sí ha servido. Un resbalón en su salto a casa, al parecer, hizo que diera con sus huesos en las rocas y, después, en el agua.
"Vivo en la calle, de aquí para allá. Buscar la vida, amigo " Fue así como encontró la muerte
"Soy Oussa", me dijo. "¿España?", preguntó. Le contesté que sí, que estaba allí haciendo un reportaje de la valla fronteriza tan de moda en los medios cuando cientos de negros que no le importan a nadie hacen que se tambalee. Le pregunté qué hacía allí y donde vivía, y su respuesta vino acompañada de un rostro inexpresivo, secuela del pegamento que inhala con sus colegas para matar el tiempo: "Vivo en la calle, de aquí para allá. Buscar la vida, amigo". Fue así como encontró la muerte.
Oussa Fassi en la puerta del CETI de Melilla, en mazo de 2015. -JAIRO VARGAS

Ante mi negativa a pagarle un posado que otros compran sin tapujos me pidió mi teléfono. "A quién quieres llamar", pregunté. "Sara. La quiero mucho. Es china". No me fiaba del todo. ¿Cómo iba a dejarle mi smartphone a un inmigrante marroquí, curtido en la supervivencia y rodeado de una pandilla de niños, mayores a la fuerza, que te miran mientras comentan con sus colegas vete tú a saber qué forma de liársela a un españolito?. "Dame el número y yo la llamo", propongo. Ousa se curva hacia sus pies, abre el velcro de su deportiva izquierda y saca un pedacito de papel en el que figura un número. Llamo pero nadie responde. "No contesta, tío", le digo. Se encoge de hombros y masculla algo así como "es buena gente, es mi hermana". Minutos después suena el teléfono. Era Sara que devolvía la llamada. Contesto diciendo que un amigo suyo me ha pedido el teléfono para hablar con ella, que espere mientras lo busco. "¡Oussa! ¡Es Sara!", grito.

El chaval se ha perdido entre la multitud que pasa el día en la carretera que parte en dos un campo de golf, pero enseguida aparece a la carrera, coge el móvil, se gira y da algunos pasos. Le sigo de cerca, no vaya a ser que se vaya con mi teléfono tan rápido como ha venido. Al fin y al cabo, no le conozco de nada y lo poco que sé de él me hace desconfiar. Pero el chico no corre. Una risa bobalicona se dibuja en su cara. Ha quedado con ella después de cenar, por el centro; no hay una hora fija. Cuelga y me devuelve el móvil. Le pregunto si es su novia y se la escapa una carcajada. Al parecer es una chica que de vez en cuando le lleva algo de comida. "Buscar la vida, amigo", repite.

Le pregunto cómo ha llegado hasta Melilla, cómo ha cruzado la frontera. La respuesta es más fácil de lo que imaginaba: "Corriendo rápido". Así cruzó el paso fronterizo de Beni Ensar. Si se corre lo suficiente en el momento apropiado, ni la Policía marroquí ni la española reaccionan a tiempo. La Policía no le gusta nada. Odia a la marroquí porque escarmienta a hostias a los niños que, como él, no tienen nada; sin detenciones ni multas. Y detesta a la española porque pega menos, pero no le tiembla el pulso para meterlos en una furgoneta con destino a dependencias de los agentes alauitas, ignorando la legislación internacional que obliga a los Estados a dar asilo a los menores no acompañados. Podría no creerle, pero en cuatro días en Melilla vi esa operación por triplicado. El Ministerio del Interior nunca lo reconocerá, pero en la ciudad autónoma es el pan de cada día.
A veces, los agentes se escudan en que los menores se escapan del centro de acogida. En Melilla hay dos; pero el de carácter público está saturado. Se llama el Fuerte de la Purísima, pero Oussa lo abrevia. "De la Purísima me escapé", reconoce el joven. Prefería vivir en la calle que un centro saturado que acoge a 220 menores y tiene capacidad para tan solo 180. Además no hablaba bien de su director ni de otro señor que no era nadie pero parecía mandar mucho de puertas adentro. A veces había golpes, palizas y hasta se han denunciado abusos sexuales. "La Purísima muy mal, prefiero la calle", dice con las manos metidas en el bolsillo de su chándal Nike.
Oussa prefería vivir en la calle que en un centro de acogida saturado en el que se han denunciado malos tratos y abusos sexuales
En Melilla sobrevivía, pero Oussa quería vivir. Tanto empeño puso que al final murió en el intento. Su plan, como el de muchos otros, era colarse en un ferry, ser un polizón que desembarca en Málaga y, de ahí, seguir adelante hasta tener un trabajo. "¿No tienes familia en Marruecos?", pregunto. "Marruecos muy pobre, allí no familia", contesta. Su castellano le impide explicar si es huérfano, si su familia era tan miserable como para no guardar en su zapatilla el número de teléfono de su casa o si simplemente se escapó. Allí hay de todo.

Me vuelve a pedir un euro. Le doy todo lo que llevo encima; una moneda de dos euros y algunos céntimos. Me da las gracias y ya no soy su amigo. Ahora soy su hermano. También le doy un cigarro y reparto algunos más entre sus cinco amigos de vida callejera. Todos fuman y ríen. Me hace escribir mi número de teléfono en un trozo de papel que se guarda en la zapatilla derecha. "Eh, saca una foto a todos", me pide. Les coloco con el CETI de fondo. Se abrazan y sonríen y, a falta de más papel, me escriben sus cuentas de Facebook en el dorso del brazo para poder retener ese recuerdo. Quién sabe si es la última vez que están todos juntos.

Hoy, tres meses después del efímero encuentro, sus cuentas de Facebook albergan la misma fotografía. Oussa, sentado en las escaleras de una casa, vistiendo una camiseta azul sin mangas y unos pantalones cortos de un rojo gastado. No sonríe; cariacontecido mira a la cámara. Sobre la imagen, un emoticono de llanto acompaña a la frase "لن ننساك", que según el traductor de Google significa "Nosotros no olvidaremos". Hasta ahora, la única necrológica de Oussa era una teletipo titulado “Un menor aspirante a polizón muere al caer entre las rocas del puerto”. Oussa no era una aspirante a polizón, era sólo un niño que creció muy rápido. De hecho, ya nunca cogerá ere ferry. Ni con billete ni al asalto.

http://www.publico.es/sociedad/oussa-polizon-del-puerto-cogera.html